PALABRAS HOMÓNIMAS QUE NO DEBEMOS
CONFUNDIR:
Hablando (verbo hablar)/Ablando (verbo ablandar)
Agito (verbo agitar)/Ajito (ajo pequeño)
Arrollo (verbo arrollar)/Arroyo (río pequeño)
Perjuicio (daño moral o físico)/Prejuicio (juzgar sin conocer)
Callo (dureza)/Cayo (isla)
Ciervo (animal)/Siervo (esclavo)
Cien (número)/Sien (frente)
Errar (error)/Herrar (poner herradura de caballería)
Halla (verbo hallar)/Haya (verbo haber)
Asta (lanza,palo)/Hasta (preposición)
UN
ÁNGEL BAJADO DEL CIELO
Esta mañana me he despertado y después de un
sueño muy profundo, he empezado a recordar mi infancia. He decidido
buscar el diario personal que escribía cada día y al abrirlo me he
encontrado con una etapa que me marcó bastante a lo largo de mi
vida:
13 Enero 1942
Hoy, como siempre me he levantado y me he dado
cuenta de que en el lugar donde resido, como de costumbre no hay nada
para comer. Eso no es lo peor, en cuanto se despierten mis tres
hermanos y me pidan el desayuno, les tendré que hacer comprender,
una vez más, que después de dejar atrás una guerra, que ha traído
consigo miseria y destrucción, no tenemos otro remedio que
sobrevivir con lo puesto.
Hace días que mi padre no aparece por aquí,
no es extraño para mí, ya que lo suele hacer bastante a menudo.
Cuando no está trabajando dedica su tiempo libre a gastarse el poco
dinero que gana en alcohol.
Por desgracia, nadie se ocupa de nosotros, yo
hago el papel de madre con mis tres hermanos pequeños ya que ella
murió cuando yo apenas tenia tres años. Aún recuerdo las canciones
que nos cantaba antes de ir a dormir, siempre acompañadas de sus
caricias. O, sus historias para distraernos y no prestar atención a
los insistentes ruidos provenientes de la guerra.
Ahora que todo ha acabado, me siento feliz,
pues sé que ya podemos descansar tranquilos. Sin embargo algo me
preocupa, ¿Qué será de mí? ¿Qué pasará con mis hermanos?.
Creo que lo mejor, será buscar un trabajo para
poder alimentarnos. Por eso he decidido ponerme a limpiar casas, sé
que no es el mejor trabajo, pero es el único en el que van a admitir
a una niña de siete años.
15 Enero 1942
Hoy estoy muy nerviosa, ¡Empiezo a trabajar!
Estoy muy contenta aunque la dueña de la casa, Eva, es bastante
exigente. Tiene dos hijos de cinco y seis años a los que tendré que
cuidar durante cuatro horas diarias.
Hoy, mientras volvía a casa, me he parado a
pensar y observar a mi alrededor.
Es una lástima. Antes se estaba tan bien.
Ahora sólo se aprecia miseria, hambre y penas. Mi presente me
preocupa más que mi futuro, ya que no sé que debo hacer. Tengo a mi
cargo a tres hermanos menores, a los que no puedo abandonar tal y
como lo está haciendo mi padre.
Tengo que ahorrar y cuando tenga el dinero
necesario emigraré a la ciudad, un lugar más tranquilo.
30 Enero 1942
De camino a casa de la señora Eva, me he
encontrado con el Sacristán de mi pueblo. Parece buen hombre, es
zapatero con lo cuál no debe de tener muchos ahorros. Me ha
preguntado como estábamos y le he confesado la dura verdad. Mi padre
pasa olímpicamente de nosotros, no tenemos madre y estamos pasando
una situación complicada. Su reacción ha sido neutra, se ha
despedido de mí y me ha deseado buena suerte.
Lo conozco de vista des de siempre, pero nunca
había hablado con él.
He llegado a casa de Eva, y los dos niños
estaban jugando en el salón. Envidio su vida. Tienen una madre y un
padre, no pasan hambre, tienen todo lo que necesitan y sin embargo se
comportan mal. He tenido que darles el desayuno, y lo he pasado
realmente mal. Mientras yo insistía en que abrieran la boca para
comer y ellos se negaban, a mi se me hacía la boca agua pensando en
lo bueno que podía estar, pero me jugaba mi trabajo.
3 Febrero 1942
De buena mañana han llamado a la puerta. Me
han despertado y la visita me ha alegrado el día. Era él, Juan el
Sacristán. Muy fríamente me ha ofrecido su casa y cuidarnos y sin
pensarlo dos veces he aceptado. Es extraño que un hombre arriesgue
su vida a encargarse de cuatro niños que apenas conoce. Para mí,
éste hombre es mi héroe.
A pesar de que el se encargaría de nosotros,
yo no pensaba abandonar mi trabajo. Ayer subí a la guardilla de la
casa y cogí un par de panes grandes que tenían guardados. No me
siento mal por ello, era o coger la comida, o morirme de hambre y yo
aprecio mucho mi vida.
10 Febrero 1942
He conocido a un chico muy simpático, de
familia rica y he jugado con él y sus juguetes. Ahora soy feliz, el
Sacristán ejerce de madre y de padre, y nos quiere mucho. Es mi
ejemplo a seguir. Cada mañana nos prepara el desayuno, no nos falta
de nada, aunque tampoco vamos sobrados.
4 Noviembre 1954
¡Hoy es mi cumpleaños, cumplo 19 años! Mi
compadre me ha preparado una fiesta espectacular. Todos estamos muy
contentos ya que durante más de doce años, nos ha cuidado
perfectamente y se ha convertido en nuestro padre adoptivo. No sé
que hubiera sido de nosotros sin él a lo mejor ya estaríamos en el
cielo con mi madre.
Tengo que darle una noticia que no le va a
gustar para nada, pero quiero hacerlo y estoy segura de ello. Voy a
emigrar a Cataluña. Aquí, en Lucena, la situación de post-guerra
es desesperante. La miseria abunda y no quiero un futuro así.
Mi novio, Pedro, aquél niño con el que jugué
hace años, está en la mili y en acabarla, se vendrá a Cataluña
que es donde hace tiempo que está su familia materna y de aquí poco
yo también.
Juan, el sacristán no se lo ha tomado para
nada bien, yo soy como su hija y no quiere que me pase nada malo,
pero quiero hacerlo. Mis hermanos en cambio no quieren marcharse.
Para ellos Juan es su madre, su padre y su familia. Yo acepto su
decisión y sé que él les cuidará genial.
30 Noviembre 1954.
Hoy es el gran día, ahora tengo muchas dudas,
pero ya no puedo echarme atrás. El gran viaje me espera. No quiero
despedirme de Juan, pero debo hacerlo. Me ha prometido venir a verme
de aquí poco, y eso me convence más. Mis hermanos se alegran por
mí, ya que saben que me espera una vida mejor que hasta ahora. Con
mis ahorros del trabajo, he cogido un tren y un avión y he llegado
bien. De momento residiré en casa de mis suegros, pero no por mucho
tiempo.
Tuve una infancia muy dura, pero ahora me
siento orgullosa de mí misma ya que he conseguido llevar adelante a
una pequeña parte de mi família, aunque sin Juan no hubiera sido
posible.
Ahora ya tengo ochenta años, y no hay día que
no me acuerde de Juan. En mi mesita de noche tengo una foto suya, y
cada noche le doy un beso y le doy las gracias por todo.
Siempre pensaré que Juan, es un ángel bajado
del cielo.
Historia real basada en la infancia de mi
abuela. Adaptada y reducida.
FUI
BASTANTE AFORTUNADA
Durante
todos mis años de aprendizaje de la lengua castellana, tanto en
primaria como en secundaria mi experiencia ha sido bastante
satisfactoria. En primaria esta asignatura me parecía bastante
divertida y dinámica ya que no se me hacía para nada cargante.
Hacíamos muchas actividades para estudiar de una forma muy amena.
Personalmente
noté un cambio muy brusco nada más comenzar a cursar primero de
secundaria más que nada en los profesores y en la manera de enseñar.
Aquí comencé a perder un poco el interés en esta asignatura, ya
que creía que la lengua castellana la sabía hablar bien y no me
hacía falta estudiar las normas de esta lengua ya que a la hora de
hablar o de escribir no las pensaba, simplemente escribía tal y como
a mi me parecía que sonaba mejor y sacaba muy buenas notas pero no
me apasionaba a penas.
En
segundo de la ESO, fui bastante afortunada, ya que me tocó un
profesor muy bueno, sobretodo por su método de enseñar.
Éste
profesor tenía un estilo que me gustaba, ya que su opinión era
simple pero con mucho sentido ya que él decía que teníamos que
saberlo hacer, no saber repetir como loros lo que el libro decía.
Sus
clases eran un tanto pesadas, pero nos decía muchos trucos para que
se nos hiciera mucho más fácil a la hora de estudiar.
Sinceramente
segundo de la ESO me devolvió las ganas de estudiar esta asignatura
aunque reconozco que detesto estudiar cosas un tanto insignificantes
que después de pasar un tiempo del examen se olvidan por completo.
Durante
todos los años que llevo estudiando, he aprendido muchas cosas
nuevas, aún que creo que se deberían hacer de vez en cuando
actividades más dinámicas y divertidas, para ir motivando a los
alumnos.
A mi lo
que más me motiva hacer es escribir e inventar historias de ya que
cuando estoy inspirada tengo una imaginación bastante amplia.
Para
éste año tengo bastantes ilusiones y ganas de apreciar otras formas
de trabajar una misma asignatura.
ACRÓSTICO
M
aria
mi nobre es, sé que un tanto típico puede parecer
A
ún que si contemplas los
nombres de las demás,
R
aramente a más de una
conocerás,
I
ngenua puedo parecer,
aún que
A
veces bastante orgullosa puedo
resultar ser